Discriminación

En mi juventud hice de todo. A los 16 años yo era estudiante. Pero vi que para comer eran más urgentes los centavos que el estudio.

En efecto, un amigo mío ganaba 200 dólares en cada encuentro de box, y decidí hacer lo mismo. A raíz de mis primeros triunfos me sentía un verdadero dios.

Seguí ganando mucho dinero, hasta que llegó la noche más importante de mi vida. Mi contrincante era un negro con dos brazos de acero. Al final de los primeros cuatro rounds yo le ganaba.

Inesperadamente de entre el público alguien me gritó: –¡Mata a ese asqueroso negro!

Al oír aquellas palabras ya no quise competir ni golpear más a mis hermanos, y aquella noche murió mi brillante carrera de boxeador.

Anthony Quinn, actor,1988

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