Cien mil personas se han reunido en el estadio ‘Coliséum’ de Los Ángeles, California.
El padre Kéller les está hablando.
De pronto interrumpe su plática, para informar: –No se alarmen ustedes; ahora serán apagadas las luces.
En efecto el estadio queda en profunda oscuridad.
Mediante los magnavoces el padre Kéller explica: –En este momento yo encenderé un cerillo; los que vean su luz digan simplemente ‘sí’.
En cuanto brilla aquel punto de luz, la muchedumbre grita: –¡Sí!
Y ahora el padre Kéller explica: –De manera semejante cualquier acto de bondad de cualquiera de ustedes brillará en las tinieblas de un corazón humano. Por pequeño que sea, aquel rasgo de bondad no puede pasar desapercibido.
Luego el padre Kéller agrega: –Ustedes pueden hacer mucho más.
Todos los presentes que tengan un cerillo enciéndanlo por favor.
De pronto la oscuridad se convierte en un centellante mar de pequeñas llamas.
–¿Están viendo ustedes? –concluye el padre Kéller
–todos juntos lograremos ahuyentar las Tinieblas.